¿Alguna vez necesitaste una renovación rápida? ¿Un toque diferente que te ayude a acompañar un momento?
Una muy buena alternativa son los manteles…si, eso, los manteles. Acompañanos en este recorrido que puede resultarte mucho más útil de lo que imaginás.
Primer paso: ¿para qué?
Los manteles tienen una doble función, proteger la mesa y decorar espacios.
Cuando pensamos en renovar la mantelería, tenemos que determinar cuál será su función. Si lo usaremos diariamente durante las comidas, los materiales y diseños serán muy diferentes a si sólo estarán vistiendo una mesa.
Para el uso diario, estaremos hablando de telas lavables, resistentes y con motivos variados que pueden ser sobrios o llamativos dependiendo de la decoración de tu cocina o comedor. En general, se recomiendan colores vivos y estampados, que ayudan a que las manchas habituales sean menos visibles, pero como te dijimos, dependerá del estilo del espacio.
Para reuniones más formales se puede optar por manteles lisos que otorgan elegancia y sobriedad. Una buena alternativa es usar dos más estrechos ubicados transversalmente, así podrás jugar con los contrastes y el volumen de la mesa. Para este tipo de encuentros, los individuales también cobran relevancia.
Pero su uso también condicionará el tamaño del mantel. Tené en cuenta que lo recomendable es que caiga un poco sobre las sillas. Sin embargo, si se trata de una cena o almuerzo más formal o una ocasión especial, la caída tiene que ser mayor.
Los distintos tipos de diseños
Texturas
Una elección adecuada de un estampado con textura te puede aportar profundidad y ayudarte en la decoración de un modo sencillo.
Este tipo de manteles permite jugar con los colores y en general se usa para ocasiones especiales. Tené en cuenta usar vajilla lisa y grande.
Patrón único
Son los que tienen un solo patrón que se repite a lo largo y ancho de toda la tela. Al igual que los manteles de textura, es necesario pensar en la vajilla para que no resulten abrumadores.
Temáticos
Este tipo de manteles son ideales para utilizar en casas de descanso y fin de semana. Si contamos con un estilo campestre o country, podemos pensar en temas como los caballos y girasoles. En cambio, si se trata de una casa de playa, manteles con sombrillas, flores o barcos son muy recomendables.
Estos manteles crean ambientes distendidos y acogedores.
Lisos
Son los más clásicos y, como te dijimos, muy utilizados para ocasiones formales. Son versátiles ya que quedan bien con cualquier tipo de decoración del espacio.
Permiten jugar con la vajilla, centros de mesa e incluso con las servilletas, combinándolos con tonos y colores diferentes.
Bordados
El típico mantel que hemos heredado de nuestras madres y abuelas. En general los tenemos muy guardados y les damos poco uso. Recordá que son excelentes para ocasiones importantes ya que aportan elegancia y delicadeza.
Requieren mayor cuidado en su conservación pero vale la pena volver a ponerlos en escena. Son ideales para desayunos y almuerzos destacados.
Quisimos darte algunos tips que te ayuden a renovar los espacios y vivir plenamente tu casa, renovando cocinas y comedores.
Si bien hoy en día no es muy habitual el uso de mantelería, te proponemos volver a vestir las mesas para crear momentos especiales.
La clave: animarte a innovar y a jugar con los colores y diseños.